Noche de San Juan, noche de meigas y de queimada

Si hay una noche mágica por excelencia esa es la del 23 al 24 de junio, la noche de San Juan. Una noche que, aunque no siempre coincide con el solsticio de verano, sigue cargada de superstición y rituales para protegernos de los malos espíritus. Y si de algo sabemos en Galicia, es que meigas, haberlas, haylas. Así que, quien más y quien menos, esa noche, conjura su suerte esperando atraer los mejores augurios.

san juan

Para muchos el fuego y las hogueras siguen siendo el centro de todos los rituales. Dicen algunas leyendas, que como el solsticio de verano era el día en el que el sol permanecía más tiempo en el cielo, las gentes prendían hogueras en un intento de insuflarle fuerzas y prolongar aún más sus horas de luz. Monumentos megalíticos como Stonehenge, en Reino Unido, ya daban fe de la importancia de este día en su calendario hace miles de años. A su llegada, el cristianismo quiso eliminar todos los vestigios paganos y santificó la fiesta. Distorsionó el origen de la celebración y la hizo coincidir con el nacimiento de San Juan Bautista el 24 de junio.

En Galicia, hay múltiples tradiciones asociadas a esa noche en la que la frontera entre lo terrenal y lo espiritual parecen diluirse. Por ejemplo: saltar la hoguera o nueve olas de espaldas si estamos en la playa, recoger flores y dejarlas macerar al rocío para lavarse la cara con ella por la mañana… Pasando, como no, por las tradiciones más gastronómicas: la sardiñada (sardinas asadas en las hogueras), el churrasco y, por supuesto, la queimada. Dicen los gallegos que no hay nada más efectivo para espantar los malos espíritus que este brebaje hecho a base de aguardiente.

Queimada saraiba

Hay dudas sobre el origen real de la queimada y su antigüedad, pero según la tradición popular, esta bebida alcohólica sirve para purificar cuerpo y alma y alejar todo maleficio. En su elaboración se conjuran los cuatro elementos: la tierra (en la olla de barro en la que se cocina y el cucharón con el que se remueve), el agua (en el aguardiente o orujo), el fuego (con el se quema el aguardiente mezclado con azúcar, cáscara de limón o naranja y unos granos de café) y el viento (que hace bailar las llamas a su antojo liberando los demonios y las malas energías). Mientras el alcohol se evapora el druida [1] remueve la olla. Cuando el fuego empieza a apagarse, se recita un conjuro o esconjuro de la queimada que culmina el ritual de purificación. El más conocido es el escrito en 1967 por Mariano Marcos Abalo.

Conjuro o esconjuro de queimada (versión traducida al castellano):

Búhos, lechuzas, sapos y brujas.
Demonios maléficos y diablos, espíritus de las nevadas vegas.
Cuervos, salamandras y meigas, hechizos de las curanderas.
Podridas cañas agujereadas, hogar de gusanos y de alimañas.
Fuego de las almas en pena, mal de ojo, negros hechizos, olor de los muertos, truenos y rayos.
Ladrido del perro, anuncio de la muerte; hocico del sátiro y pata del conejo.
Pecadora lengua de la mala mujer casada con un hombre viejo.
Infierno de Satán y Belcebú, fuego de los cadáveres en llamas, cuerpos mutilados de los indecentes, pedos de los infernales culos, mugido de la mar embravecida.
Vientre inútil de la mujer soltera, maullar de los gatos en celo, pelo malo y sucio de la cabra mal parida.
Con este cazo levantaré las llamas de este fuego que se asemeja al del infierno, y huirán las brujas a caballo de sus escobas, yéndose a bañar a la playa de las arenas gordas.
¡Oíd, oíd! los rugidos que dan las que no pueden dejar de quemarse en el aguardiente quedando así purificadas.
Y cuando este brebaje baje por nuestras gargantas, quedaremos libres de los males de nuestra alma y de todo embrujamiento.
Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego, a vosotros hago esta llamada: si es verdad que tenéis más poder que la humana gente, aquí y ahora, haced que los espíritus de los amigos que están fuera, participen con nosotros de esta queimada.

Eso sí, como toda pócima con poderes mágicos, no basta con conocer sus ingredientes y su conjuro. La queimada tiene su secreto y, por supuesto, su arte. Se hereda de padres a hijos y solo un buen gallego sabe cómo elaborarla… Que ni demonios ni meigas os engañen y una buena queimada os proteja.

Si quieres descubrir su secreto y degustar una queimada original, te esperamos el viernes 21 de junio en el Restaurante Saraiba, en el corazón de Madrid, donde te invitaremos a conocer esta tradición ancestral de Galicia y a compartir con nosotros esta noite meiga de San Juan 2019.

«Que ni demonios ni meigas os engañen y una buena queimada os proteja«

Post by: Ingrid Miguélez


[1]     Hombre con autoridad que, entre otras funciones, ejercía como sacerdote en los antiguos pueblos celtas.

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